A 4.500 metros de altura puedes sentir el calor que emana de los casi 70 cráteres que dan vida al valle del Tatio. Estos son una de las mayores expresiones de la actividad volcánica chilena, una muestra de cómo el agua caliente queda atrapada en el subsuelo, pero se sigue calentando con las altas temperaturas bajo tierra, donde aún quedan depósitos de lava.